S.XVIII. Neoclásico.
Este templo, situado en la confluencia de las rúas Travesa y Oliveira, fue reconstruido sustituyendo al primitivo de época románica. Miguel Ferro Caaveiro remató las obras alrededor de 1770. Destacan la imagen neoclásica de la Inmaculada de Manuel Prado Mariño, de canon muy esbelto, que aparece pisando la serpiente; un retablo mayor de Manuel de Leis e imágenes rococó de Bieito Silveira.