La industria audiovisual es, para la sociedad actual, la principal fuente de información, ocio y cultura. En el sector, la cinematografía juega un papel trascendental al dotar de imágenes la cultura de un pueblo y transmitir al mismo tiempo valores y tradiciones.
El cine es, sin duda alguna, el canal que usa el director para expresar un sentimiento, una idea, o tratar de influir en el espectador; y es por eso que, observando la evolución del cine, no veremos más que un reflejo de la evolución de la sociedad en cada momento y de las huellas que han dejado los acontecimientos en el director.
El progreso audiovisual constituye uno de los rasgos definitorios de la modernidad en toda Europa. Todos los elementos que conforman el sector, además de generar un gran volumen de negocio y de empleo directo e indirecto, contribuyen a la creación de una identidad cultural propia y al desarrollo de las distintas comunidades.
A lo largo de sus más de cien años de historia, el cine en España ha experimentado una notable transformación progresiva. De ser una industria casi insignificante, hoy es el cuarto país europeo en el ranking de producción cinematográfica, después de Francia, Italia y el Reino Unido.
Los largometrajes españoles han alcanzado unos porcentajes muy superiores a los de los decenios de los ochenta y noventa, en cuanto a cuota de pantalla, recaudación y entradas vendidas. A pesar de que las cifras todavía no llegan al nivel de otros países europeos como Francia, se puede afirmar que hoy en día el cine español es una industria consolidada, con un amplio abanico de temas, géneros y estilos.
Por otra parte, el cine español mantiene vínculos muy estrechos con las industrias cinematográficas europeas y latinoamericanas, tal como demuestra el alto índice de coproducciones anuales con estos y otros países.
Galicia tiene mucho que decir en la historia del cine español, no sólo por la aportación de profesionales que se inscriben en todos los campos de la industria, sino también por ser un decorado ampliamente utilizado en los más variopintos títulos nacionales. Como es natural, para poder dar una visión del cine en Galicia, conviene tener bien presente la evolución del cine español, dado que los aspectos socio-económicos, políticos y geográficos estatales han supuesto en todo momento una condición determinante para el desarrollo de una cinematografía gallega.
Durante los años ochenta y principios de los noventa, Galicia estuvo por debajo de otras comunidades históricas en cuanto al número de películas realizadas. Para el conjunto de la industria, Galicia era un escenario muy apetecible, pero las productoras que surgieron en aquellos momentos eran de tipo modesto e incluso familiar, es decir, empresas de capital escaso, con poca o nula capacidad para acceder a los mercados interiores o exteriores, y en su mayor parte dependientes de recursos ajenos.
Frente a estos obstáculos, la cinematografía gallega experimenta a partir de los años noventa un continuo crecimiento, que la ha convertido en un ejemplo de profesionalización, innovación tecnológica y madurez, hasta tal punto que más del 30% de las productoras gallegas son posteriores a 1995. Asimismo, los productos realizados en los últimos quince años muestran una enriquecedora heterogeneidad y un avance importante en el dominio del lenguaje del medio. El bosque animado, de la productora Dygra, por poner un ejemplo, ha sido la primera película europea de animación digital.
El mercado audiovisual gallego se encuentra actualmente en un momento decisivo de su evolución. Después de numerosas transformaciones tecnológicas y estructurales, el sector ya se sitúa entre los pilares básicos del desarrollo económico y cultural de la comunidad.
Ahora, el gran desafío consiste en promover el conocimiento de Galicia más allá de sus fronteras y consolidar el sector para que éste sea capaz de producir entre ocho y diez largometrajes al año. El incremento progresivo de la partida presupuestaria para el sector audiovisual en la Dirección General de Comunicación Audiovisual, así como los acuerdos suscritos entre la Televisión de Galicia y la Asociación Gallega de Productores Independientes para la realización de obras audiovisuales en los próximos años, y la puesta en marcha del programa europeo Media Plus (2001-2005) sientan las bases para que el sueño sea posible.
El sector audiovisual se mueve en un entorno complejo, internacionalizado...