«Tenemos que exponer algún día juntos», le decía a Ángeles. Ella respondía con un gesto: «Estás chiflado, concéntrate en lo tuyo». Este paseo por la Fraga de Cecebre (A Coruña), en donde Wenceslao Fernández Flórez se inspiró para su libro El Bosque Animado, quiere ser un recuerdo y homenaje a aquellos momentos en que las luces y los sueños nos rodean y susurran como los árboles de la novela. Ángeles Sales pintó una serie en la que abrazaba los árboles con papeles. Los frotaba con sus manos para que en ellos quedase la huella de sus cortezas y después los coloreaba con acuarelas. La tituló Bosque, nuestro bosque animado. Firmaba M.S.
Vari Caramés.