En la Casa das Máquinas de Galeras se abre un espacio al juego y la imaginación con un montón de instrumentos para poner la prueba y poner a prueba la habilidad, la destreza, la coordinación y el ingenio de la chavalada.
Todos ellos construidos gracias al reciclaje de trastos que alguien consideró viejos pero que, en el fondo, tenían aún muchas cosas que acercar. Casi tantas como tienen las jugadoras y jugadores participantes que, a fe que inventarán nuevas maneras de saltar en los que nadie había pensado.