La concejala de Igualdad, Desarrollo Económico y Turismo, Marta Lois, y el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Santiago, presentaron e el Pazo de Raxoi las principales líneas de un estudio sobre la implantación de la tasa turística en Santiago. Este estudio será presentado al sector en detalle en la próxima reunión del Consejo Municipal de Turismo, que tendrá lugar el próximo 9 de octubre.
Según Marta Lois, Santiago está viviendo un gran crecimiento turístico en los últimos años, un crecimiento que es previsible que continúe de modo importante hasta 2021. Por eso, es preciso desarrollar herramientas que permitan ordenar este crecimiento, para que se eviten problemáticas como la masificación de la Catedral y sus plazas, la excesiva estacionalidad o el peso exagerado del excursionismo de unas horas y poco gasto frente al turismo de calidad en la ciudad.
Para continuar impulsando un modelo de turismo sostenible y ordenado, compatible con los usos locales de la ciudad, especialmente del casco histórico, desde el Cponcello de Santiago se solicitó al catedrático de Economía Aplicada y experto en fiscalidad de la USC, Luis Caramés, que elaborase un estudio sobre la implantación e la tasa turística en Santiago.
En el estudio del profesor Caramés se apunta que la tasa turística municipal es algo habitual en Europa. No solo tiene una amplia penetración en Francia, donde lleva implantada más de un siglo, sino también en países como Italia, donde más de 100 ciudades cuentan conuna taxa turística propia, y Portugal, donde Lisboa, Cascais y Santa Cruz (Madeira) ya la aplican y Porto comenzará en 2018.
En el estudio también se apuntan los casos de muchos de los destinos urbanos más importantes del resto de Europa, que también cuentan con una tasa turística, como Berlín, Brujas, Bruselas, Ginebra o Amsterdam. El análisis de la experiencia de todas estas ciudades demuestra que no repercute negativamente sobre el volumen de turistas.
El estudio concluye que la implantación de una tasa turística en Santiago sería una medida apropiada, siempre que se haga de una manera proporcionada, teniendo en cuenta las diferentes temporadas y tipos de alojamiento, utilizando además tipos moderados. El proceso de introducción de la tasa debería ir precedido de un diálogo con el sector para mostrarles las razones que motivarían la medida, explicándoles que el producto serviría para financiar capítulos vinculados con el turismo, de modo que el propio sector se vería directamente beneficiado.