La visita a las cubiertas de la Catedral incluye dos recorridos guiados consecutivos: el del Palacio Arzobispal de Gelmírez y el ascenso a los tejados del templo.
El acceso se realiza por el Palacio de Gelmírez, considerado una de las principales construcciones civiles del románico en España y centro del poder feudal que ejercieron los pastores espirituales de Santiago y su comarca. Debe su nombre al arzobispo que lo mandó a construir cuando su primer palacio fue destruido hasta tres veces en el mismo año de 1117 por las revueltas populares contra el poder real y religioso. El nuevo edificio, con acceso a dos plazas, se convertiría en alojamiento para recibir con dignidad a los reyes, príncipes y magnates que visitaban Santiago.
Con añadidos gótixos y renacentistas, y una fachada barroca que lo recubre, este palacio románico muestra su Sala de Armas (s. XII-XIII), los establos y un zaguán del s. XIII donde desmontaban el Arzobispo y los caballeros; la cocina del s. XII y muy especialmente el gran Salón Sinodal, construido en el s. XIII para las audiencias y recepciones del prelado. Allí destaca una asombrosa bóveda de crucería de 32 metros de longitud, cuyas ménsulas están decoradas con escenas de un animado banquete medieval.
Tras el ascenso por las estrechas escaleras de la torre, aparecen las impresionantes cubiertas escalonadas de la Catedral, que se recorren en toda su extensión. Este cielo de piedra ofrece la oportunidad única de entender las distintas etapas de construcción del templo; tener sus torres, cúpulas y pináculos al alcance de la mano y gozar de inmejorables perspectivas sobre las plazas monumentales. A casi 300 metros de altitud, a 30 metros por encima de la Plaza del Obradoiro y con un campo de visión de 360 grados, la mirada se desliza por los tejados y se pierde en los montes circundantes en una visión inolvidable.