El edificio residencial es una casa catalogada, y forma parte de un conjunto mayor en el que se incluyen las antiguas instalaciones fabriles, dedicadas a la producción de curtidos, entre los años 1800 y 1910.
En la rehabilitación del edificio, que comenzó en 1996, no se buscó la perfección, sino un efecto decorativo natural fiel al estilo original de la casa. Se han respetado al máximo las características tipológicas, así como los materiales tradicionales empleados en la construcción primitiva. La casa es por todo esto, un puzzle de muebles y objetos populares y tradicionales que encajan a la perfección. La madera y la piedra son los materiales que protagonizan cada rincón, incluidos los baños. En el patio podemos admirar la gran rueda de granito, perteneciente al molino de corteza, construido en 1800, así como la rueda de fundición de la fuente y un saladero monolítico, ambos del siglo XIX.
La primera planta del edificio se ha restaurado y convertido en amplios dormitorios, sin haber descuidado el menor detalle: calefacción, televisión, mini-bar, secador, baño individual...
En ellos se palpa una gran serenidad a través de los muebles sencillos y la naturalidad dominante.
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