“El abrazo del verano” no es sólo una exposición de pintura de Federico Granell, es también un viaje emocional a través del tiempo y del espacio, una experiencia compartida, una historia de complicidad y generosidad, un recordatorio de la belleza efímera del verano, tamizada por la mirada de un artista capaz de capturar su esencia y preservarla para siempre.