Iphixenia, una ni-ni de barrio, pasa los días en un bucle de alcohol y apatía dando vueltas por las calles de su pueblo. Una noche conoce a un tío distinto de los demñas y comienza a sentir una sensación extraña, como de no estar sola. A partir de entonces, una serie de circunstancias ajenas llevarán a la protagonista a sufrir una gran pérdida. Si en el mito clásico Iphixenia era sacrificada por su padre, Agamenón para contentar a los dioses y proseguir con la guerra de Troya, en esta tragedia de nuestros días es la propia protagonista quien decide sacrificarse y convertir su sufrimiento en generosidad de cara a la sociedad que la margina.