Mayte Vieta (Blanes, Girona, 1971) es una artista visual que utiliza el espacio y la luz como medios de expresión a través de la fotografía, la escultura y la instalación.
Con unas influencias que abarcan desde Milan Kundera hasta Simone Weil, Vieta reflexiona sobre las contradicciones de la experiencia humana mediante instantáneas que capturan la complejidad del espectro de nuestras emociones, pensamientos y vivencias. Sus obras redefinen la relación entre contrarios con la coherencia que solo los sueños contienen.
Vieta crea con sus piezas atmósferas oníricas en cuya realidad paralela coexisten gravedad e ingravidez, y donde las fronteras entre lo apacible y lo trágico se desdibujan para sugerir estados de ánimo que en su ambigua intensidad integran estos opuestos.
Sus paisajes, compuestos por no-lugares de silencio y quietud, nos hablan de la suspensión del presente y de la inmersión en un nuevo universo gravitacional, donde el tiempo se ralentiza, el instante se alarga y el sujeto deviene naturaleza.
Planteada como un refugio del mundo exterior, El sonido del mar expresa una forma de felicidad compleja que contiene sentimientos encontrados de plenitud y de fuga. Al sentimiento de plenitud lo acompaña una extraña percepción de melancolía, una especie de estupor ante la dimensión inconmensurable de la naturaleza, que tanto nos acaricia como nos oprime.
Comisariada por Natàlia Chocarro, directora de Proyectos Externos de la Fundació Vila Casas, la exposición ha sido concebida para el Centro Galego de Arte Contemporánea, que acoge por primera vez la obra de esta artista catalana.