El artista inglés, nacido en 1949 y fallecido en Zaragoza en 1997, recrea así un mundo fantástico en el que los personajes imaginarios adquieen condición de realidad y los objetos cotidianos se contemplan desde una visión innovadora que les confiere un halo de ficción. Su imaginación le lleva a plasmar en sus pinturas numerosas confrontaciones metafóricas.