Cristina Almodóvar presenta esta exposición en la que a través de un lenguaje visual sencillo y a la vez contundente, presenta esculturas y dibujos en los que siempre hay una tensión latente entre lo suspendido y loque sujeta, lo equilibrado y lo inclinado, lo real y lo representado, lo que balancea las tensiones y lo que las amarra. Obras que juegan con el espacio al que se incorporan y que invitan a reflexionar, haciendo de su contemplación pantallas de proyección personal. Una exposición en la que claustro e iglesia se convierten en un lugar de encuentro entre espiritualidad y arte contemporáneo.