Duración: 1 día completo
Itinerario: Lugo - Castro de Viladonga
Descripción: Con más de 2.000 años de historia, Lugo ostentó el rango de capital de convento jurídico durante la época romana. Del año 14 a.C. datan sus Murallas declaradas Patrimonio de la Humanidad. Con un perímetro de más de 2 km, paseable en su totalidad, son razón más que suficiente para justificar la visita a esta ciudad, que intramuros guarda estrechas rúas de sabor tradicional y plazas históricas con monumentos de interés, entre los que destaca la Catedral. Cerca de Lugo está el Castro de Viladonga, que es uno de los más completos que se pueden visitar y cuenta con un museo didáctico que explica cómo vivían los habitantes de Galicia cuando llegaron los romanos. La gastronomía lucense es otra de las razones que justifican esta excursión.
Paradas recomendadas
Lugo-Castro Viladonga
Ciudad romana por excelencia, la imagen de Lugo ha estado indisolublemente unida tanto a sus murallas como a su excelente e históricamente afamada gastronomía, basada en los productos de sus siempre verdes campos.
Con más de 2.000 años de historia, Lugo fue la única población de Galicia que ostentó el rango de capital de convento jurídico durante la época romana. Fundada por Paulo Fabio Maximo en el año 14 a.C., de entonces datan sus murallas, declaradas Patrimonio de la Humanidad, con un perímetro de más de 2.600 m y numerosos cubos semicirculares. A pesar de las reformas, constituyen el mejor recinto amurallado romano de toda la península, que conserva todavía las dos vías rectoras -cardus y decumanus- del trazado originario romano.
En la orilla del río Miño, cruzado también por puente de origen romano, se conservan dos salas de unas termas de entonces. Dentro de las murallas se encuentran sus calles y plazas más significativas, así como los principales monumentos, a cuya cabeza se sitúa la catedral, que ostenta el privilegio de la exposición continúa del Santísimo, por cuya razón se conoce a Lugo como la 'ciudad del Sacramento'.
La Catedral se comenzó hacia 1129, en su construcción intervinieron diferentes maestros, y no se concluyeron sus naves hasta el siglo XIII. Especial relevancia tiene la puerta norte por los magníficos pantocrátor y pinjante, este con la última cena de Cristo. Ambas piezas son las mejores de la escultura románica lucense.
El Convento de San Francisco, que conserva el sobrio claustro medieval, ha sido convertido en Museo Provincial y custodia importantes colecciones de orfebrería castreña y pintura gallega. El templo anejo y el de Santo Domingo se cuentan entre las principales manifestaciones del gótico mendicante.
El Ayuntamiento, así como antiguas casas y blasonadas casonas y otras iglesias, contemplan el patrimonio artístico de esta ciudad de calles tranquilas y estrechas, en las que el tiempo parece haberse detenido.
Castro de Viladonga
El castro de Viladonga, importante sobre todo entre los siglos II y V d.C., es uno de los más impresionantes que se pueden visitar. Responde a los patrones típicos de este tipo de asentamientos característicos de Galicia desde la Edad del Hierro hasta muy avanzada la época romana. Varias murallas y fosos albergan una amplia acrópolis o corona central, en la que hay viviendas, corrales, almacenes y edificios de uso social.
De Viladonga destaca además su museo, ejemplar por su gran esfuerzo didáctico, que ayuda a entender la vida de los antepasados castreños de hace dos milenios y que contiene una muy interesante maqueta a escala.