Los primeros devotos procedentes de Oviedo, la capital del reino astur, siguieron para su desplazamiento la antigua ruta que, según la tradición, condujo al rey Alfonso II el Casto hasta la tumba del Apóstol, en el primer tercio del siglo IX.
Esta ruta de Oviedo a Santiago fue itinerario seguro y frecuentado hasta bien entrado el siglo X, cuando se consolida el actual Camino Francés desde León, la nueva capital del Reino. Pero, aún después, siguió siendo una importante alternativa, especialmente por el valor espiritual que se otorgaba a la visita de la Cámara Santa de San Salvador de Oviedo, así como a la catedral de Lugo, con su exposición permanente del Santísimo.
Oviedo – Tineo – Grandas - A Fonsagrada –Lugo – Palas de Reis – enlace con el actual Camino Francés.