La gran renovación de los principales monumentos de Compostela durante el periodo barroco puso en evidencia el estado precario y degradado de su tejido residencial, que mantenía en buena parte las características de la época medieval. Los tiempos ilustrados establecen los mecanismos concretos para llevar adelante la reforma de la fachada residencial de la ciudad, introduciendo aportaciones decisivas para la imagen que hoy tenemos de la Compostela histórica, como el enlosado, las fachadas de piedra y las características galerías.