Al salir del Obradoiro rumbo a la rúa do Franco se encuentra el Colegio de Fonseca, que puede considerarse el primer edificio propio de la Universidad de Santiago de Compostela, pues fue fundado en 1522 por el arzobispo Alonso Fonseca III. Es de estilo renacentista, con una fachada retablo en la que puede reconocerse a Santiago Alfeo, patrón de este colegio que albergó durante siglos a los estudiantes de cuna más privilegiada. En el interior destacan uno de los más hermosos claustros compostelanos y la Sala de Grados, con un impresionante artesonado de madera noble. Aquí tuvieron su sede el Seminario de Estudios Galegos Padre Sarmiento (cuyos miembros redactaron el primer anteproyecto del Estatuto de Autonomía de Galicia) y el primer Parlamento democrático en 1982. Hoy alberga la valiosa Biblioteca de la Universidad , con más de 300 mil volúmenes y 150 incunables.
Cerca del Colegio de Fonseca pueden hallarse la Capilla y Fuente del Apóstol , aguas milagrosas que habrían brotado, según la tradición, al paso de los bueyes que condujeron los restos del Apóstol hacia su lugar de enterramiento.
La rúa do Franco concentra buena parte de la oferta gastronómica del casco histórico. Sus restaurantes recogen la herencia de los taberneros medievales que se asentaron allí para atender a los peregrinos (los francos, entendidos bien como cualquier peregrino llegado a través de los Pirineos, como ‘hombres libres' o como ‘Nación Franca') que dieron nombre a esta calle. Muchas de sus casas conservan aún, grabados en piedra, símbolos como la concha, que las identifican como posesiones del Cabildo compostelano, el árbol –símbolo de San Martiño Pinario- o las cinco estrellas del escudo de la Universidad compostelana. Sus estudiantes instituyeron para la vida nocturna el ‘rally París-Dakar', legendario recorrido nocturno que empezaba y terminaba en los bares de dichos nombres. En cada taberna era obligatorio beber una taza de vino y contar un chiste.