Fundación: S. XVII. Estilo: Barroco.
El convento de las madres mercedarias, fundado en la segunda mitad del siglo XVII, está situado extramuros, frente a la puerta de Mazarelos, la única que se conserva de la antigua muralla. De hecho, cuando se sale del recinto amurallado, uno se da cuenta de que la visión de la fachada queda perfectamente enmarcada por esa puerta, lo que demuestra que sus constructores se preocuparon de enriquecer las perspectivas urbanas.
El convento
El convento es de planta rectangular, en la que se incluye la iglesia colocada en el centro de la mitad del lado derecho del conjunto. La fachada es de trazado simple y gran sobriedad, que sólo se rompe en el campanario y en el tramo que marca al exterior el lugar de la iglesia, que contiene en su centro un relieve de la Anunciación (momento en que el arcángel Gabriel anuncia a María que será madre de Jesús) rodeado de escudos arzobispales. Sobre estos, una ventana rodeada de sartas de frutas, flores y hojas, motivos inequívocos del Barroco local.
La iglesia
Es de una sola nave y también de gran sencillez. Llama la atención el crucero, que se cubre con una cúpula decorada con múltiples rayos de follaje.
Como en todos los conventos de clausura, lo que más destaca son los enrejados que ocultan los dos coros, el alto -de uso más solemne- y el bajo -para el culto ordinario,- desde los que las mercedarias atienden los oficios litúrgicos. El escudo de la orden está presente en toda la iglesia.
El mensaje visual
Las imágenes de la iglesia del convento de la Merced representan a los santos más queridos de la orden:
En el retablo mayor, de fines del XIX, aparecen cuatro imágenes principales pertenecientes al retablo barroco anterior: las inferiores son dos mercedarios santos - San Pedro Pascual y San Pedro Armengol-; las superiores son San José y San Joaquín, esposo y padre de la Virgen respectivamente.
En el centro, un relieve de la Anunciación, el mismo tema que aparece en la fachada del convento.
Todo en este retablo guarda relación con la historia de la orden y, sobre todo, con la Virgen María, a la que la los mercedarios tienen gran devoción.
En los retablos neoclásicos del crucero (espacio en que se cruzan la nave mayor de una iglesia y la que la atraviesa) aparecen la Virgen de la Merced con San Pedro Nolasco (en el momento en que María lo inspira para crear la Orden), y en el otro el propio fundador auxiliando a unos cautivos, mientras que en los adornos circulares superiores se representa la imposición del hábito al fundador y a San Ramón Nonato, uno de los más famosos santos mercedarios, torturado durante su cautiverio.
Las mercedarias de Santiago
En este convento viven actualmente 17 madres. Además de la oración y los trabajos domésticos, incluido el cuidado del templo, lavan y planchan para la Iglesia y hacen bordados y mantelerías por encargo.
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