Fundación: s. IX. Estilo actual: Barroco.
El sonido de las campanas de San Paio resuena diariamente en el casco histórico, recordándonos la relación secular que hay entre la ciudad y el monasterio, que fue centro de poder benedictino y es uno de los mejores exponentes del barroco compostelano. Pero lo verdaderamente sobrecogedor es escuchar la vida en su interior a través del canto gregoriano de las benedictinas.
Fue fundado en el s. IX por el rey Alfonso II en la parte oriental del entonces recientemente aparecido sepulcro del Apóstol Santiago, y de ahí el nombre “Antealtares”. Lo habitaron inicialmente 12 monjes benedictinos, encargados de cuidar y dar culto al santo. Tras su marcha en 1499, fue ocupado por monjas benedictinas de clausura.
En el profesaron mujeres de la alta nobleza, convirtiéndose en el monasterio femenino más importante de Galicia: contaba con el apoyo de la Corona y era el que tenía más rentas y propiedades, incluidas las cuantiosas dotes de las nobles que ingresaban (de ahí que a estas madres se las conociese también como “señoras”).
El monasterio se dedicó a San Paio (Pelayo), santo gallego del s. X que siendo niño fue degollado en Córdoba por los musulmanes. Su imagen preside la fachada del templo.
El monasterio
La actual construcción pertenece casi en su totalidad a los s. XVII y XVIII.
El muro que da a la plaza de la Quintana es impresionante por su sobriedad y pureza. En su centro, una lápida recuerda al Batallón “Literario”, organizado por los universitarios -de ahí el nombre- para defenderse de las tropas de Napoleón.
En la fachada opuesta a la plaza está la portería y, en el ángulo, la llamada “Puerta de los Carros” o “de la Borriquita”: en ella aparece representado el capítulo bíblico de la Huida a Egipto, con la Virgen sobre una borriquita.
La iglesia
Con una iluminación natural de gran calidad, tiene 5 magníficos retablos barrocos, llenos de relieves, pinturas y esculturas, al igual que la portada del relicario. Los coros -alto y bajo- son impresionantes y muy curioso el órgano del s. XVIII, utilizado para los oficios religiosos y puntualmente también para conciertos de música barroca.
El Museo de Arte Sacro
Se accede a través de la iglesia. Muestra interesantes imágenes y objetos litúrgicos, incluido el primitivo altar que acompañaba al sarcófago del Apóstol.
Las benedictinas de Santiago
Son actualmente 40 madres. Una de sus ocupaciones diarias es el ensayo de la música y el canto gregoriano, esenciales en las comunidades benedictinas, que se puede escuchar en la misa conventual y en laudes y vísperas. También trabajan unas 6 horas al día en la hospedería (la acogida es uno de los aspectos más característicos de toda la tradición monástica); la residencia universitaria (60 plazas); el colegio de educación infantil (4 unidades); el Museo de Arte Sacro; el archivo; además bordan ornamentos litúrgicos.
Las benedictinas de Santiago también elaboran exquisita repostería: pastas de té y tarta de Santiago (disponibles todos los días en el torno) y brazo de gitano, almendrados y otros postres (por encargo).