Desde la terraza del Hostal dos Reis Católicos, entre este y el Pazo de Raxoi, se obtiene una entrañable vista de los tejados y la rúa de As Hortas, viva estampa de las antiguas vías medievales que se internaban en el campo para abastecer a la ciudad. La mirada se pierde en el verdor de la Alameda, a la izquierda, y el Monte Pedroso, a la derecha.